Blog - El Espiral de la Danza

Nota: artículo publicado en D-Magazine/ UNAM. Abril 2011

El espiral de la danza.                                                    

Por: Conny Guarneros Vega

      Imagina  el comienzo de un círculo, una vez que estas a punto de concluir, desvías el lápiz y empiezas nuevamente otra curva, y así sucesivamente,  haz formado una espiral.

 

      Cuando inicias una carrera en danza es similar a la espiral, te desvías un poco del final para iniciar otra curva, otra etapa y se vuelve continuo el camino de la danza. La danza es una carrera que exige: disciplina, entrega, práctica diaria; para lograr destacar en el estilo que hemos escogido, ballet, folklore, jazz, danzón ó hip hop.

 

      Todo exige el mismo esfuerzo para desarrollarse profesionalmente. Inicias como estudiante  aceptando la disciplina que se requiere; después como intérprete, disfrutas el momento al presentarse ante un público y ejecutar combinaciones virtuosamente, al compás de la música y recibir el aplauso.

 

¿Existe edad límite para bailar?

     En la danza es importante comenzar a temprana edad ó en su defecto, tener las habilidades físicas para realizar las exigencias con el movimiento del cuerpo. Y es con el cuidado del cuerpo, que se evitará lastimar y lesionar nuestro instrumento de trabajo, adoptando prácticas y hábitos saludables.  La salud del cuerpo ampliará o reducirá el tiempo que podamos dedicar a bailar sobre el escenario.

 

     Hay ocasiones en que encontramos excelsos bailarines de edad avanzada, regularmente de bailes de salón. En estilos como el ballet clásico y el contemporáneo, que tienen una alta exigencia física; los bailarines terminan su carrera a corta edad. Cuando  el cuerpo no responde saludablemente, nos vemos limitados en el movimiento; fuerte razón para abandonar el acto de bailar sobre un escenario.

 

Después del escenario ¿la nada?…

No. Me atrevo a decir que la carrera en danza no finaliza, continuamos de alguna manera inmersos. Podemos  continuar como maestros, de esta manera nuestros conocimientos adquiridos a lo largo  de nuestra vida, pasaran a los nuevos estudiantes que se inician en el crecimiento y desarrollo artístico.

 

   Es muy loable la labor de todos aquellos maestros que han decidido no regresar al escenario e impartir clases, en cualquier disciplina que involucre al cuerpo, desde pilates, yoga, ballet ó bailes de salón.

 

 Los maestros, continúan  su camino a través del trabajo con los estudiantes;  y lo complementan volviéndose guías para orientar el trabajo en el escenario convirtiéndose en coreógrafos. Quien enseña y brinda sus experiencias y construye el movimiento en la danza. Se muestra otra faceta de los que alguna vez bailaron. Ahora grandes compañías de danzas son dirigidas por talentosos coreógrafos. 

 

   

 Podemos  involucrarnos en otras facetas, ya sea como coreógrafo o maestro, eso nos mantiene en el camino. El alejamiento del escenario es un acto en la mayoría de los casaos voluntario (sea cual sea la razón de nuestra salida), sin embargo siempre es posible seguir trabajando en el mundo espiral de la danza.

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